Las mascarillas ya se han instalado en nuestra vida como un elemento imprescindible dentro de esta llamada nueva normalidad con el fin común de combatir el coronavirus. Una realidad del día a día en la que, por supuesto, los trayectos en coche forman parte imprescindible para muchos conductores.

Está comprobado que la mascarilla es uno de los medios más eficaces en la prevención del contagio de la Covid-19, por ello, no debemos descuidar nuestra salud en el momento en el que entramos en el coche. Un riesgo más común de lo que parece, ya que, al tratarse de un medio en el que nos sentimos cómodos, como una extensión de nuestra casa, tendemos a relajarnos.

De hecho, más allá de únicamente a nivel sanitario, no llevar mascarilla en el coche o no hacerlo de forma adecuada puede llevar a ser sancionados con una multa por parte de las autoridades. Una sanción de 100 euros.

¿Cuándo tengo que llevar puesta la mascarilla en el coche?

No siempre es obligatorio llevar puesta la mascarilla cuando vamos en nuestro vehículo. Por ejemplo, si únicamente viaja una persona, es decir, el conductor del coche, no es necesario que lleve la mascarilla puesta durante todo su trayecto. Otra de las excepciones es, al igual que ocurre en la calle, con los niños menores de 6 años.

Por eso, deben llevar la mascarilla en todo momento todos los ocupantes del vehículo mayores de 6 años siempre y cuando no sean convivientes.

Los niños también deben usarla

Recuerda que dentro del coche se debe llevar la mascarilla puesta siempre y cuando el niño o la niña sea mayor de seis años.

Cuidado con dejar la mascarilla en cualquier parte del coche: retrovisor, guantera…

Más allá de por cuestiones higiénicas, la mascarilla no se puede dejar en cualquier parte del coche. De hecho, uno de los lugares más frecuentes donde se ven son colgadas en el retrovisor, algo sancionable porque puede interferir en el campo de visión del conductor.

Llevar la mascarilla mal puesta también es sancionable

Es frecuente ver a personas con la mascarilla sin cubrir la nariz, con ella en el mentón e, incluso, en el codo. Sin embargo, cuando hablamos de conducir hay que tener especial cuidado, ya que, si nos subimos demasiado la mascarilla puede llegar a interferir en nuestra visión o molestarnos en los ojos, convirtiéndose en una distracción al volante e interfiriendo en la seguridad vial de todos.

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